viernes, 31 de julio de 2009

Pérdidas económicas por falta de educación

Autor: León Trahtemberg
Publicado en el diario Gestion, 28 Jul 2009

¿Cuánto pierde el Perú, ubicado en la cola de las tablas de indicadores educativos mundiales, por no tener una población bien educada y suficiente investigación, ciencia y tecnología al nivel de los países que lideran las tablas mundiales como por ejemplo Corea del Sur y Australia? Veamos algunos datos.
El Perú tiene 28 millones de habitantes, un PBI per cápita de 4,800 dólares con 0.52 de Gini. El 3% del PBI va a educación y el 0.16% del PBI a Investigación, Ciencia y Tecnología. La composición de sus exportaciones en cuanto a productos primarios, manufacturas y de alta tecnología (2005) es 83%, 17%, 2.6%
En cambio Corea y Australia, respectivamente, tienen 48 y 22 millones de habitantes, un PBI per cápita de 22,000 y 34,000 dólares anuales. El 4.7% y 4.6% del PBI va para educación y otro 3.22% y 2.45% para I, C y T. El Gini de ambos es 0.32. Sus exportaciones primarias, manufacturas y alta tecnología (2005) son 9%, 91%, 32% y 65%, 25%, 13% respectivamente.
Una simple lectura comparativa, sin pretensión de gran rigor académico, nos da la respuesta: el ingreso per cápita de los países líderes en educación con fuerte inversión en investigación, ciencia y tecnología que logran exportaciones con alto valor agregado es entre 5 y 7 veces más grande que el peruano, que tiene casi el doble de nivel de desigualdad, por no invertir suficiente en educación, investigación ciencia y tecnología. Un PBI bajo restringe los ingresos fiscales generados mayoritariamente por exportaciones de materias primas sin valor agregado y bajo costo relativo frente a los productos terminados.

viernes, 24 de julio de 2009

DOCENTES UNI EN ACCIÓN

Conoce a los profesores que participarán en las próximas elecciones para renovar la representación docente ante la asamblea universitaria.

Personera General: Doris Rojas Mendoza - FIIS

PROFESORES CATEGORÍA PRINCIPAL

1. Oswaldo Nuñez Carvallo - FAUA
2. Pedro Canales García - FC
3. Jorge Butler Blacker - FIEE
4. Guillermo Quezada Reyes - FIC
5. Julia Salinas García - FIQT
6. Edwilde Yoplac Castromonte - FIGMM
7. Jorge Ruiz Botto - FIA
8. Manuel Villavicencio Chavez - FIM
9. Virginia Quispe Ascencio - FIP
10. Luis Huaman Ureta - FIIS
11. Susana Petrick Casagrande - FC
12. Mario Garayar Avalos - FIQT
13. Frans Peralta Alferez - FIEE
14. Jimmy Rosales Huamani - FIGMM

PROFESORES CATEGORÍA ASOCIADO

1. Jorge Ramos Carrion - FIEE
2. Barbara Montoro Negrón - FAUA
3. César Cabrera Chavez - FIA
4. Carlos De Souza Ferreyra Llaque - FIGMM
5. Edgar Norabuena - FIQT
6. Victor Pretell Huaman - FIP
7. Teresa Nuñez Zuñiga - FIEE
8. Carlos Arambulo Ostos - FIIS

PROFESORES CATEGORÍA AUXILIAR

1. Rafael Cachay Huaman - FIC
2. Jose Machuca Mines - FIEE
3. Leopoldo Paredes Soria - FC
4. Teresa Arias Avila - FAUA
5. Elbert Perez Diaz - FIGMM
6. Alex Pilco Nuñez - FIQT

jueves, 23 de julio de 2009

Grandes cambios sacuden la educación superior

En el mundo entero, la enseñanza superior se ve sacudida por importantes cambios. La explosión de las inscripciones durante el último decenio somete a los sistemas de la educación superior a fuertes tensiones financieras. Al mismo tiempo, las computadoras e Internet permiten un intercambio mundial de conocimientos hasta ahora inimaginable. Los centros educativos son cada vez más competitivos. Pelean por obtener recursos financieros cada vez más escasos y para atraer a los estudiantes, cada vez más numerosos, que desean matricularse en el extranjero. Las universidades públicas, y privadas, cuyo número no cesa de aumentar, firman convenios internacionales y abren programas de estudios o filiales en el extranjero, a un ritmo nunca antes visto.

Estas tendencias se debatieron en la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Educación Superior celebrada en 1998, pero durante el último decenio se intensificaron, creando nuevas oportunidades y nuevos desafíos para los participantes en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior 2009, que tuvo lugar del 6 al 8 de julio en la Sede de la UNESCO, en París. Las preguntas son a menudo complejas y las respuestas controvertidas. Cuando los sistemas públicos se ven desbordados por la cantidad de inscripciones, ¿cómo encontrar fondos para responder a tal demanda de estudiantes, para mantener o mejorar los estándares educativos?

¿La educación superior debe considerarse un bien común, esencial para el desarrollo económico y financiado por el erario público? ¿O es un bien privado que ayuda al progreso individual, y que sólo puede dar resultados si los estudiantes pagan? ¿El acceso a los estudios superiores puede depender de la riqueza más que del mérito? El paso hacia la economía postindustrial condujo a una demanda masiva de enseñanza superior. Las inscripciones progresan a una velocidad vertiginosa. En 2007 había 152,5 millones de universitarios, es decir, globalmente 50% más que en 2000.

Hace solamente medio siglo, en la mayoría de los países los estudios postsecundarios estaban reservados a una pequeña élite, principalmente masculina. Pero hoy, índices de 40 a 50% de jóvenes estudiantes se consideran vitales para el crecimiento económico. En el plano mundial, el porcentaje de jóvenes en edad de ir a la universidad, inscritos en la enseñanza superior aumentó de un 19% en 2000 a un 26% en el año 2007. Las mujeres representan, actualmente, la mayoría de los estudiantes y se prevé que su predominio aumente.

Este promedio oculta sin embargo algunas discordancias regionales: 71% de los jóvenes en edad universitaria de América del Norte y Europa Occidental son estudiantes, 26% de los de la región de Asia Oriental y el Pacífico, 23% de los de los países árabes, 11% de los de Asia del Sur y del Oeste, y, a pesar de una alza rápida, solamente 6% de los de África. Un niño del África Subsahariana tiene menos posibilidades de finalizar la primaria que un europeo de entrar en la universidad.

Dentro de un mismo país, algunos grupos de población no tienen las mismas oportunidades de acceso que otros a la educación superior. Las personas con ingresos bajos o las que viven en lugares alejados, las minorías étnicas, los inmigrantes y los minusválidos están menos representados en la educación superior. Algunos responsables de la educación introdujeron medidas para mejorar esta situación, tales como préstamos estudiantiles, becas para los estudiantes con bajos ingresos, programas culturalmente enfocados y cuotas reservadas para miembros de las minorías o de castas inferiores a la población desfavorecida.

La enseñanza superior es cada vez más vista como un motor de desarrollo económico. Pero con la expansión del número de estudiantes, los ingresos fiscales de los Estados no consiguen estar a la altura de los costes crecientes de los sistemas públicos. Y el resultado frecuente es una falta de medios importante: aulas y salas de conferencias repletas, fondos de bibliotecas que no están al día, financiamientos para la investigación en decadencia y deterioro de las infraestructuras. El problema, que ya es muy perjudicial para el África Subsahariana, se siente también en todos los países en desarrollo y en transición.

Las universidades públicas, en otros tiempos fuertemente dependientes del financiamiento estatal, se ven obligadas a compensar por sí mismas una parte cada vez más importante de sus costos. Para lograrlo, en numerosos países donde la enseñanza era gratuita o casi gratuita, se incorporaron gastos de escolaridad, como por ejemplo en China, en 1997. Europa conoce el mismo proceso, a pesar de haber sido por mucho tiempo el bastión de la educación superior gratuita (en el Reino Unido comenzó a pagarse en 1998, y en Austria en 2001). Además, varios países africanos aumentaron de manera sustancial los costes de alojamiento, comida y otros servicios que corren a cargo del estudiante. Los centros educativos desarrollan cada vez más políticas empresariales.

Realizan investigaciones pagadas para empresas o administraciones y desarrollan formaciones que se pagan para responder a las necesidades de las empresas locales. A veces es preocupante. Al poner tanto empeño en recaudar fondos, pueden socavarse las actividades universitarias tradicionales. Los programas y la investigación en ciencias humanas, por ejemplo, no tienen aplicaciones comerciales. Los grupos de teatro, periódicos, radios y televisiones no comerciales de los campus por lo general no producen ningún ingreso. Pero tales actividades hacen de las universidades centros de la vida intelectual. Los poderes públicos reemplazan cada vez más los financiamientos presupuestarios clásicos de la investigación por financiamientos sometidos a la competición. Todos estos desarrollos refuerzan la competencia y crean diferencias entre universidades. Muchas de ellas prestan mucha atención a su rango en las clasificaciones internacionales. El impacto es particularmente evidente en los sistemas públicos o hasta donde recientemente las universidades supuestamente eran más o menos equivalentes.

Ciertos establecimientos y ciertos sistemas nacionales introducen más programas técnicos y profesionales en su propuesta de enseñanza. Es una pregunta crucial en las economías en desarrollo que a la vez necesitan de diplomas en las disciplinas técnicas pero también de profesionales y de cuadros dotados de una cultura general, de un espíritu y de un pensamiento crítico. Por otro lado, se vuelve urgente la necesidad de investigación centrada en las necesidades locales de desarrollo.

http://www.iesalc.unesco.org.ve/

viernes, 10 de julio de 2009

Sin tecnología los problemas continúan

Modesto Montoya (*)
Egresado UNI

La mayoría de los problemas actuales del Perú se debe a su dependencia de la explotación de materias primas en la selva, sierra y costa; y, si se sigue con una política incoherente en ciencia y tecnología, sin posibilidades de dejar de ser un país primario exportador, los futuros problemas pueden ser peores.
Los malos recuerdos ambientales que la explotación de petróleo, minerales y harina de pescado, han dejado en la mente colectiva de las poblaciones afectadas, parecen imposibles de borrar. Ya no bastan las reiteradas explicaciones sobre que las nuevas tecnologías son más amigables con el ambiente, y que las empresas son más responsables que antes. Es suficiente que una empresa no respete sus compromisos ambientales, o que el Estado aparezca como que da leyes a espaldas de los interesados, para que toda la buena voluntad caiga en saco roto.
Para dejar de ser país primario exportador, debe invertirse en ciencia, tecnología e innovación. Los países que así lo han hecho cuentan hoy con los mayores valores de PBI per cápita. La ciencia y tecnología, entre otras cosas, aumentan la riqueza intelectual, especialmente en patentes industriales.
En los años 90, Estados Unidos empezó a promover la inclusión de la propiedad intelectual en los tratados de comercio. El 1 de enero de 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés: North American Free Trade Agreement), en el que se incluye la propiedad intelectual. Ese mismo año, en Marruecos, bajo la promoción de los países desarrollados, los países participantes de la Ronda de Uruguay firmaron alrededor de 28 acuerdos comerciales en las áreas de mercancías, servicios y propiedad intelectual (ADPIC: Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio o, en inglés, TRIP: Trade-Related Aspects of Intellectual Rights) y se creó el Organismo Mundial de Comercio (OMC) para que se encargue de administrar estos acuerdos.
Adicionalmente a los acuerdos arriba mencionados, se han empezado a firmar Tratados de Libre Comercio regionales (TLC), los que giran en torno a un respeto irrestricto de la propiedad intelectual y la protección del ambiente.
Como consecuencia de estos acuerdos, y de políticas apropiadas para incentivar la innovación, en el mundo, entre 1995 y 2006, se ha duplicado el número de solicitudes de patentes. Sin embargo, en el Perú, ese indicador ha permanecido estático, sin proyección de cambio. Ello se debe a que el Perú tiene una baja inversión en ciencia y tecnología (0.11% del PBI, cuando la tendencia es hacia 2%), usada en un Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología compuesto por pequeños institutos desarticulados entre sí, burocratizados y sin masa crítica de investigadores para emprender proyectos viables.
Para tratar de revertir esa situación, en el 2005 se promulgó la Ley Marco de Ciencia y Tecnología, la que da al Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) la responsabilidad de rector del sistema; pero no le otorga los poderes para reorganizar el mencionado desarticulado sistema, ni para renovar los viejos cuadros de investigadores de los institutos especializados. Por el contrario, a partir del 2006, aumenta la burocracia en el sector, creándose el Programa Nacional de Ciencia y Tecnología, con un fondo de 36 millones de dólares, duplicando el trabajo del Concytec, el que quedó como una institución promotora sin fondos para cumplir con su misión.
Finalmente, ante los requerimientos para la firma del TLC con Estados Unidos, se crea el Ministerio del Ambiente (Minam), al que se adscriben algunos institutos con componentes ambientales, sin una visión integral del tema de la ciencia y la tecnología. Para completar el marco, no se han establecido prioridades claras de investigación.
Así, los pocos recursos dedicados a la ciencia y la tecnología son repartidos entre pequeños proyectos, los que finalmente no tendrán suficientes recursos para ser viables. Ello hace prever que el Perú no incrementará significativamente su inventiva y seguirá sufriendo los mismos problemas que hoy ocupan las primeras planas.

(*): Miembro de la Academia Nacional de Ciencias del Perú.

Publicado en el diario Gestión

miércoles, 8 de julio de 2009

Gran pesar por la temprana pérdida de un destacado alumno de la UNI

El Arquitecto Luis Cabello Ortega expresa sus más sentidas condolencias a los familiares, amistades y compañeros de estudio de Pedro Ronald Arias Florián, destacado alumno de la Facultad de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad Nacional de Ingeniería, y quien ya se venía desempeñando en sus investigaciones en el INICTEL-UNI.